A partir de la segunda semana de enero se dictara un Taller de Literatura de Terror en Segui, a cargo de Leandro Puntin. Los dias martes de 10:30 a 12:00 en la Biblioteca Popular.
Es la madrugada de Año nuevo. Con Mariano y Mica nos sentamos afuera. Aburridos, comenzamos a buscar videos en internet. Pronto estamos los tres, mirando aquellas filmaciones caseras que dicen ser auténticas. Filmaciones de fantasmas a la vera de las rutas. De extrañas apariciones en las fotografías. De siluetas que se aparecen en uno y otro lado. De ruidos, de corridas, de todo aquello que nos es ajeno.
Los videos surten efecto pronto. Comenzamos a sentir el miedo. A preocuparnos internamente por cada ruido que cruza la calle casi desierta. Que la calle este desierta también nos preocupa. Sentimos miedo. Pero nadie corta el video. Nadie cierra la pantalla de la notebook. Sentimos miedo, pero ninguno de los tres queremos dejar de sentirlo.
Cosa rara, ¿no? El miedo nos atrae, nos atrapa. Se me mete esa pregunta en la cabeza. ¿Por qué el miedo nos atrae? ¿Por qué queremos sentir miedo?
Hablo con Leandro (Puntin) acerca del Taller de Literatura de terror que va a comenzar a dar este verano. A partir de la segunda semanita de enero, los martes de 10:30 a 12 en la biblioteca popular. Y lo digo porque ese taller es la razón de ser de esta nota. Continuo. Mientras hablábamos sobre eso, se me ocurre hacerle aquella pregunta. Leandro me contesto con un “Wow”, y recuerdo que algo dijimos sobre la fuerza de ese interrogante.
Y yo, seguía sin respuesta. Así es que me encuentro hoy aquí, en la pc, escribiendo sobre la literatura de terror. Escribiendo sobre el terror. La literatura (aunque algunos no lo crean) habla mucho sobre la realidad, y el terror forma parte de nuestra realidad.
Terror y comedia. Terror e impacto en el lector.
Antes de sentarme a escribir debo pedir más refuerzos. Entonces voy con mi molesta pregunta inquiriendo a Nicolás (Gottig). Nicolás hace un tiempito que escribe para la Tintas. Sus textos, afines a este género, me dan la iniciativa de preguntar, y pedir un punto de vista más desde adentro de quienes escriben terror.
Ante todo, Nico apunta que el terror no es fácil de lograr. “Si tengo a 100 personas es mucho más fácil hacerlas reír que causarles terror”, me dice. Y tiene razón. Más aún en esta época donde vemos muertes, sangre, crímenes, todo el tiempo. Donde un texto, con su palabra simple, garabateada, viene a proponerse asustar más que una imagen. Pequeño desafió tiene la literatura de terror hoy en día, pienso tratando de ser irónico.
Enseguida me encuentro con lo que esperaba. La pregunta, ¿por qué te (o nos) atrae el terror? se encuentra condenada a quedar sin respuesta. Quizás exista algún libro que explique psicológicamente, o como sea, porque nos atrae el terror. Pero seguramente eso también sea falso, ya que (yo, al menos) no acostumbró a creer en explicaciones complejas sobre lo que sentimos. “No sé por qué me atrae el terror. Supongo que porque pienso que los medios para llegar son muchos más que los de la comedia. Sobre todo el suspenso. El suspenso es el que trae terror.”, dice Nico. Y completa su razonamiento con un ejemplo suficientemente claro: “Cuando ves una película de comedia, o lees un chiste, no vas por el pasillo de tu casa pensando en que va a aparecer algo que te haga reír. Pero si lees o ves algo de terror, esa sensación de miedo dura mucho. E inlcuso puede irse por un lapso y volver. Cuando te acostas, no te das vuelta por miedo a que aparezca algo al lado tuyo y te muerda la cara.”
Además, el terror causa efecto en la gente. Ese efecto del que Nico habla. Efecto por el cual, me comenta, le gusta el terror como escritor.
De la historia de la literatura de terror
Desde el otro lado de la pieza, puedo observar los Cuentos completos de Poe. Tercer estante de mi biblioteca. Y no es nada casual que los nombre, ni que mi vista se detenga en ellos mientras escribo esto. Precursor del género policial, Poe dio inicio al terror moderno. Pero, ¿había terror antes de Poe? Parece que sí.
El terror en la literatura comienza en la edad media, dice alguno por ahí. Con el Bestiario. Este era un compendio de bestias. Es decir, un libro ilustrado con una serie de monstruos que alimentaban la creencia y el terror popular. Sin embargo, estos bestiarios que estaban muy de moda (Hasta el mismo Da Vinci escribió uno), no tenían por objeto asustar. Aun así, este viejo antecedente me parece, al menos, interesante.
¿La literatura de terror es un gran bestiario? Tenemos la certeza de que “eso” no existe, pero nos encanta esa colección de bestias: Vampiros, zombies, fantasmas, asesinos seriales, niñas que aparecen por la pantalla de televisión. De todas formas, sigamos.
Luego, en el SXVIII viene la Novela gótica en tierras inglesas. Lo cual da un comienzo formal al género de terror. Ya que estos libros, realmente querían asustar. Poco nos queda de esa época. Sin embargo, habría otra gente que escribiría cosas que los harían perdurar en el tiempo.
A ver, nombremos a dos. Guy de Maupussant y Poe.
El primero de la lista, el de nombre francés, fue quien introdujo el suspenso a la cosa. Aquel suspenso del que hablaba Nico. Sus relatos guardan una armonía, mientras describen los rasgos más íntimos de la persona, mientras la desnudan ante el lector. Y al final, nos espera el encuentro con aquella realidad tortuosa que nos asusta. Para su época, sus muertos, sus enigmas, eran toda una novedad. Vivió en la segunda mitad del 1800.
En cuanto al estadounidense…. Todos alguna vez hemos escuchado al menos hablar sobre Poe. O mirar un retrato de su mirar perdido, y su bigote tan característico. Poe es mucho más que una lectura obligada en algunas escuelas. Fue el primero que metió crímenes. Es decir, que asustó a la gente con las cosas que realmente pasan. Con las personas enterradas vivas, con los crímenes que sucedían en la calle morgue, con un hombre que asesina a otro y cuyo corazón lo delata. En este mundo, donde se mata y se muere, contar cómo suceden esas cosas resulta terrorífico. Sus relatos, siguen siendo leídos hasta hoy. Y es muy probable que así siga siendo por mucho tiempo.
¿Conclusiones?
Cerrar esta nota, la puedo cerrar de muchas maneras. Pero, ¿concluir algo? No pienso ni siquiera pretenderlo. Me limitaré a decir que no se puede mientras esa pregunta sobre el terror me siga rondando la cabeza. Y mejor que así sea.
Mejor que hable Poe por mí. Él dice, que el terror no es patrimonio exclusivo de algunos sino “del alma, un horror en cuyas genuinas raíces he escarbado, y llevado hasta sus últimas consecuencias”.
Kevin Jones
Kevin, que buen artículo. El que supo escribir buenos cuentos de fantasmas es Gustavo Adolfo Bécquer, si, el mismo de "volverán las oscuras golondrinas". Henry James, H.P. Lovecraft, le dieron el impulso que ya arrastraba de Poe y el género se convirtió en mucho más que palabras e historias.
ResponderEliminarEs lindo escribir historias sobre lo desconocido, o mejor aún, hacer que lo cotidiano se vuelva terrorífico (algo que nadie hace como S. King). Satisface saber que uno puede sugestionar con solo usar la imaginación. Quizá la pregunta es ¿hasta dónde?.
Y mucho éxito a Leandro con este taller!!!!
¡Excelente artículo, Kevin! ¡Y muchas gracias Ernesto por el éxito! Espero que salga algo bueno de ese taller. Ya me disculpo de antemano si alguien muere sobre la mesa...
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