jueves, 24 de febrero de 2011

Tintas publicara textos pertenecientes al primer numero de Lado B



Esta primer accion, nos la planteamos como el primer paso para seguir trabajando en conjunto con la Revista Lado B producida por los internos del Penal de Las Flores de Santa Fe. De esta manera, en la Tintas Febrero/2011 se prodra leer un Dossier de textos pertenecientes al primer numero de esta revista de caracter anual. Aqui les dejamos uno de estos textos....
 
Mañana de uniforme de tres rayas:
Estaban hablando, parecía importante, uno escuchaba bien serio, mientras el otro locuazmente explicaba.
Los estaba mirando, tenían puesto el uniforme de tres rayas; ¿Será obligatorio llevarlo? No se, pero todos lo tienen y aunque viejo lo llevan, casi lo ostentan.
Todavía no me puedo dar cuenta en este escalafón, quién es el que manda.
Casi siempre el que tiene el uniforme viejo y roto, es el que habla, ¡cosa rara!
Hablaba, hablaba y caminaba, era por tercera vez que ya volví esta mañana.
¡Pobre hombre!, el otro ni siquiera contestaba. La cara transformada, el tiempo parecía que acababa, no le alcanzaba.
Esa mañana dejó de ser larga, el frío casi cortaba. El hombre quería que nunca terminara.
Los dedos se agitaban en un código secreto, como si de algo importante se tratara.
Agrietada, resquebrajado, tan viejo ese uniforme de tres rayas que recién llegaba y ya ordenaba.
La cara la tenía demacrada, arruinada, bien pintada…eso sí. Cinco marcas ordenadas, esa era la seña, el escalafón, la marca.
Por eso, mucho las manos agitaba y caminaba.
Al del uniforme uno más lo secundaba, otros tantos pululaban, acechaban.
Pobre Juan cuando entramos del patio, esa fría mañana, le dieron una puñalada.
Malditos uniformes de tres rayas.
Joel Cerutti

martes, 15 de febrero de 2011

Caricias de verano 2011


En palabras del creador de este proyecto, Leandro Puntin, podemos decir que "Caricias de verano nació como un proyecto virtual creado por escritores de habla hispana para el deleite de todo aquél lector fanático al terror contemporáneo; y para alcanzar el simple y modesto propósito de hacernos conocer. Hoy en día las narraciones de horror han perdido cierto impacto a nivel general. Ya todos creen haber visto y leído todo. En cierta parte, eso es muy cierto, ya que todo está escrito, pero, de vez en cuando, aparecen autores dedicados que han de dar un giro nuevo u algo de originalidad (así sea con su estilo, sus palabras o su morbosidad) a esas cosas que ya hemos visto una y otra vez en libros, cine y televisión"
Asi, en el verano del 2010 se reunieron en este blog diferentes textos de habla hispana sobre sexo, muerte y arena. En este 2011, la reunion se vuelve  a hacer en el espacio virtual diseñado especilamente para que se conjugen diversos escritores, y en la lectura de sus textos, compartan las vivencias propias y literarias.
En fin, recomendamos visitar este espacio...www.cariciasdeverano.blogspot.com

martes, 8 de febrero de 2011

Rescate

¿Adónde vas, mi niñez de ojitos azules?
¿Qué buscas en los andenes de la vida?
¿Hacia que horizonte repunta tu futuro?
¡De mi depende! Entonces: (…)
Vuela gorrión con tus alas ya crecidas,
que no te alcance la desdicha en esta vida.
Buscá el barrilete, el valero, las bolitas,
vuelve a jugar en el potrero.
Toma mi mano y no la sueltes.
Yo quiero estar contigo hoy y siempre.
No temas, dulce niñez, vuelve hacia mí.
Que juntos, tomados de la mano,
remontaremos barriletes de colores y correremos
descalzos por la arena.
Saltemos esta rayuela imaginaria
que hoy la vida nos pone por delante.
Solo por hoy te pido “no me sueltes”.
Quiero contarte tu cuento preferido
para que duermas nuevamente entre mis brazos.
“Ingenua niñez, yo quiero hoy rescatarte”
No quiero verte mas en los andenes.
Quiero verte comiendo caramelos,
con los bolsillos repletos de sueños y sonrisas,
jugando a la bolita con las rodillas rotas,
mojado por la lluvia, libre como el susurro del viento.
Hoy quiero verte jugando en el potrero,
con tu carita sucia y con tus pies descalzos.
Vuela gorrión, que la vida es tuya. Que nadie te la robe.
Dulce niñez, de mis recuerdos yo hoy quise rescatarte.
Nélida Díaz

sábado, 5 de febrero de 2011

Tintas Enero/2011


Escriben: Alicia Beber, Teresa Albarenque, Kevin Jones, Ernesto Parrilla, Nicolas Gottig, Leandro Puntin, Teresita Romero, Delia Olivera.

Dossier poetico de Mariela Espinosa.

Ilustran: Gisela Riffel, Jackie Rodriguez, Victor Sack y Paio Zuloaga. 

Nos Diseña Victor Sack.

viernes, 4 de febrero de 2011

El corrector



Catalina es un nombre de abuela.
Esa fue la última excusa que Mariano escuchó antes de perderse entre la iluminación de mala muerte de la sala de tatuajes. Carla le había dicho, tras haber cesado con los llantos y las súplicas, que Catalina no era un lindo nombre y que sólo le hacía pensar en viejas. No me importa, le respondió él con la mirada puesta en la vidriera del local, absorto en unas letras góticas que parecían chorrear de un cartel de exposición, pero sin perder la forma. Unas enredaderas espinosas se le dibujaron en la mente, aunque las letras no se parecían a eso en lo absoluto. Como siempre, Mariano veía lo que quería ver en la uniformidad de sus pensamientos.
Entró y, aún nublado por sus propias fantasías, pidió ser atendido por Buba. Su voz era trémula y solicitar por él le resultó un esfuerzo un tanto sobrehumano. Carla se había plantado en la puerta, como si una mano invisible la hubiera detenido en el umbral. Sintió una presión en el cuello y luego una burbuja que comenzaba a formársele en el estómago. Sabía que era la impotencia, quizá la vergüenza ajena. Mariano no conocía a Catalina, ¡jamás la había oído hablar, siquiera! Sólo la había visto en fotos y ella nunca le había respondido los mensajes. ¿En qué clase de cabeza cabía la idea de que un tatuaje con su nombre lograría impresionarla?
—Al menos, hacetelo en un lugar donde no se vea —atinó a decir la chica, inmóvil y afligida. Fue lo único que pudo soltar sin que el encargado del local notara su agonía comprimida. Como si a él le importara… no sería la primera vez en que Bruno veía entrar a un idiota y tatuarse el nombre de una mujer a la que nisiquiera conocía. Había de esos todos los días. Sin embargo…
—Nena, ¿qué te pasa? —exclamó el hombre delgado y lleno de tatuajes verdes y amarillentos, y cerró la revista que estaba hojeando tan mecánicamente.
—Nada, es que… —comenzó Carla, y cuando se dio cuenta, ya estaba parada frente al mostrador mirando a aquél hombre a los ojos—, mi hermano va a tatuarse el nombre “Catalina” y ella es…
—…una muchacha que nunca le daría ni la hora —interrumpió Bruno.
—Exacto —soltó sorprendida la otra—. ¿Cómo sabe…?
—Siempre que un adolescente entra a tatuarse el nombre de una mujer es porque no la conoce y quiere llamar su atención con algo tan estúpido como eso. Lo que me sorprende es cómo consiguen el permiso de los padres.
—Pero él no tiene permiso…
—Ah, entiendo, por eso pidió por Buba. Es nuevo aquí y a veces olvido que ese chico es capaz de hacer magia.
—¿A qué se refiere con magia?
—Sentate y lo vas a ver cuando termine con tu hermano.
Y volvió a hojear la revista como si con eso daría el punto final a la conversación. Cosa que no fue así.
—No entiendo —vociferó la chica—, si necesita un permiso para tatuarse, y no lo tiene, ¿qué hace ahí adentro?
—Para Buba no necesita permiso. Él hace otro tipo de trabajos.
El hombre cerró la revista definitivamente y estuvo a punto de decir algo, pero se detuvo. Lo meditó, con la mandíbula entreabierta y los ojos perdidos en el techo, y luego preguntó:
—¿Cómo dijiste que era el nombre de la chica?
—Catalina.
Bruno suspiró, como si el nombre de la muchacha hubiese sido una especie de revelación obvia sobre algo mucho más obvio todavía.
—Con razón —dijo, sin borrar su recién adquirida cara de soberbia—, mejor sentate y tapate los oídos.
La chica fue a tomar asiento sin más, no había caso seguir hablando con aquél tipo de ojeras tan oscuras como la cruz invertida que llevaba tatuada en la garganta. No recibiría una respuesta decente para las dudas que le turbaban la mente. Pensó que el hombre quizás estaba drogado a algo así. ¿A qué se refería exactamente con tapate los oídos?
El primer grito la desconcertó. Los siguientes… la aterraron.
Detrás de aquella puerta entreabierta con cortinas de fantasía, Mariano gemía como un animal herido al cual le vuelven a disparar sólo por diversión.
—Eso es… ¿normal? —aventuró la muchacha.
Bruno no respondió.
Durante una milésima de segundo, los gritos cesaron. Carla se acercó y pudo ver por la pequeña abertura que había entre el marco y la puerta, que dentro de la sala de tatuado no había pósters ni espejos. Era un cuarto blanco, imponentemente blanco. Si bien eso le secó la garganta, lo que hizo que sus piernas flaquearan fue ver la piel desnuda de tatuajes del tal “Buba”. Un hombre obeso y de más de metro noventa. Se encontraba de espaldas a ella y alejado de la silla donde Mariano parecía dormido. Y justo cuando lo vio tomar algo blanco de un estante blanco, Bruno le cerró la puerta en las narices.
—No querrás ver eso, nena. Ya está, ya viste mucho. Sentate y tapate los oídos.
Quince minutos después, Mariano apareció en el umbral haciendo tintinear la cortina con piedritas; su cara reflejaba una chispa de vida que Carla no había notado hacía algún tiempo. ¿Acaso era esperanza?
—Carla, ¿qué hacés acá?
—¿Qué hago acá? Si vine con vos, a tratar de detenerte… ¿qué mierda eran esos gritos?
—¿A detenerme? ¿Y qué se supone que iba a hacer?
—Ibas a tatuarte el nombre de Catalina…
El chico dio un paso atrás y adquirió una mueca de asco.
—¿Tatuarme el nombre de una chica? ¿Te volviste loca? Eso es de negros.
—Pero si recién… vos, entraste… te vi… escuché…
Carla continuó balbuceando desconcertada. Entonces, el muchacho inquirió molesto.
—¿Y quién mierda es Catalina? —luego, se rascó detrás de las orejas. La tinta mágica aún no había secado y, extrañamente, le chorreaba algo de sangre por los oídos.

Leandro Puntin
 Este relato sera publicado en la Tintas Febrero/2011 

jueves, 3 de febrero de 2011

Liberar libros


Una actividad simple. Dejar un libro en una plaza, en un bar, en algun espacio publico. Dejarlo para que otro, cualquiera, lo encuentre. Ese sencillo acto es el centro del Movimiento Libro Libre. En este caso, la secuela del Movimiento en Argentina organiza liberaciones masivas en las que mucha gente de todo el pais libera libros en los lugares que habitan el mismo dia. La ultima se realizo el 2 de febrero, y tuvo sus repercusiones en Facebook.
Nuestra localidad, Segui, no ha quedado exenta de esta movida. Y durante esa tarde de febrero, se anduvo por las calles liberando algunos ejemplares de  "Redescubriendo a Segui". No se trata solo de fomentar la lectura, sino tambien de reinvidicar el libro como algo mas que un objeto comercial. 
La proxima liberacion es el 21 de marzo. Sumate. Agarra un libro y escribe en su primer pagina que pertenece al Movimiento Libro Libre Argentina, que no es de nadie, que quien lo encuentre puede llevarselo leerlo y despues dejarlo por ahi...Y que no se corte esto que, en estos tiempos, es tan magico y raro.