Comienzo de días de primavera.
Paciencia, charlas, normalidad.
Este rascacielos se derrumba
y mis ojos se inundan
como un barco a la deriva.
Un ataque sin previo aviso
y dos mundos al chocar.
Y siempre lo corriente,
lo que era de esperar.
Tan sólo lo común.
Una avalancha de angustia,
dolor y desilusión.
Lo que era de esperar.
No es el final,
es el principio de algo.
El día el que tu frente
dé contra el piso no está lejos,
y ni siquiera cerca.
A lo lejos observo y callo,
paciencia, charlas, normalidad.
Pero algo ha cambiado.
Sólo debes abrir un poco los ojos.
Paciencia, charlas, normalidad.
Este rascacielos se derrumba
y mis ojos se inundan
como un barco a la deriva.
Un ataque sin previo aviso
y dos mundos al chocar.
Y siempre lo corriente,
lo que era de esperar.
Tan sólo lo común.
Una avalancha de angustia,
dolor y desilusión.
Lo que era de esperar.
No es el final,
es el principio de algo.
El día el que tu frente
dé contra el piso no está lejos,
y ni siquiera cerca.
A lo lejos observo y callo,
paciencia, charlas, normalidad.
Pero algo ha cambiado.
Sólo debes abrir un poco los ojos.
Micaela Grinovero
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