Tomamos muchos poemas. Transcribimos los versos que nos gustaban. Los pusimos en papelitos. Los tiramos, despelotamos y repartimo.
Con los versos que andabab por allí, hicimos nuevos poemas. Como ladrones de versos...
Nadie te dará pistas:
El viejo de ojos azules y bigotes blancos
se les muere en pleno cautivero haciendo la suya: creando.
Sí, los grillos son cómplices.
Tan parecido a la felicidad
que daba miedo.
Sos el protagonista de un poema y nadie
te dará pistas acerca de como el escritor
conoce tu vida.
Teresa Albarenque
Con versos de Juanele y Manuel Podestá
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